Que el chihuahua es el perro más pequeño del mundo es algo más que sabido por todos. En el ajetreo de nuestra vida cotidiana donde cada vez tenemos menos tiempo libre, y menos espacio en nuestras viviendas, el chihuahua encaja a la perfección como perro de compañía ideal, dado su pequeño tamaño, su carácter dulce y equilibrado, y a su fácil mantenimiento y acicalado (incluso en su variedad de pelo largo).
Según el estándar, el peso admitido está comprendido entre uno y tres kilos. Ahora bien, estamos acostumbrados a leer y a escuchar términos al respecto como: “chihuahua miniatura”, “chihuahua toy”, “chihuahua tacita de té”, “mini-mini”, “super-mini”, “micro-mini”, y demás acepciones para llamar a algo que realmente no existe.
En ésta raza no se hace una clasificación según el tamaño como en otras (los caniches por ejemplo quedan clasificados en: gigante, mediano, enano, y miniatura), ni tampoco en cuanto a colores (todos los colores y sus combinaciones están admitidos). Con lo que concluimos en que solamente existen dos variedades de chihuahua: de pelo corto, y de pelo largo.
El chihuahua es un perro como cualquier otro, y como tal, requiere una educación, disciplina, y enseñanza óptimas si queremos disfrutar de un animal equilibrado en casa y sin problemas de conducta (a menudo producidos por un mal manejo y educación del animal). Muchos lo definimos como un pequeño perro “todo-terreno”. Un gran perro en toda regla, que puede adaptarse tanto a la vida urbana de la ciudad con todo lujo y comodidades, como a correr y a disfrutar de la naturaleza y del campo sin problemas. Hay que tener presente también que pese a su escaso tamaño no es un juguete, ni tampoco necesita una sobreprotección por nuestra parte, ya que ésto es a menudo otro error que cometemos a la hora de educarlos, cautivados sin duda por su talla, y dejando finalmente que el animal haga lo que quiera con nosotros; dando así lugar a perros con mal carácter, que suelen ser el punto de referencia para muchos a la hora de definir al chihuahua como el típico perrito faldero que ladra constantemente sin motivo, muerde a todo el mundo, y que no se deja tocar. Algo completamente falso.
Cuando un particular busca su cachorro de chihuahua, por lo general casi siempre demanda uno lo más pequeño posible, obsesionado con tener un perro pequeñísimo al que llevar a todas partes (a menudo con idea de transportarlo dentro de su bolso o bolsillo), desconociendo por completo lo que ésto implica para la salud del animal, y que además normalmente ningún chihuahua de un kilo de peso participa en exposiciones (que es donde compiten los ejemplares más típicos y representativos de la raza), ni tampoco saben que no existen chihuahuas campeones de belleza de ésta talla (precisamente porque no suelen cumplir con todos los requisitos necesarios).
Cada vez hay más propietarios que anteponen con frivolidad los gramos de más o de menos que llega a tener su perro, al hecho de ser los orgullosos dueños de un chihuahua típico, bonito, y sociable. Así, tras el auge que ha experimentado la raza éstos últimos años, tristemente vemos con mayor frecuencia perritos de kilo y poco con problemas de boca (enognatismo), espaldas arqueadas o hundidas (lordosis y cifosis), patas torcidas, morros exageradamente largos, y un sin fín de faltas detalladas en el estándar, dando prioridad al peso antes que a la tipicidad y a la salud del animal (defectos y problemas perfectamente evitables). Muchos criadores (profesionales y aficionados), en parte coartados por la demanda en general de chihuahuas cada vez más pequeños, han visto reducir la talla de sus perros dejando pasar por alto aspectos importantísimos para su salud y morfología, programando cesáreas de perritas de menos de kilo y medio que han sido cubiertas por machos con numerosos defectos (pero de escaso peso), para dar cabida a éste nuevo mercado (a menudo muy lucrativo) en el que parece que el tamaño es lo único a tener en cuenta. Cada vez perros menos típicos, con más problemas de salud, menor esperanza de vida, pero ciertamente pequeños.
Otros, simplemente mienten de manera sistemática acerca del verdadero peso de sus ejemplares y cachorros, para así conformar a los futuros propietarios (que en muchos casos nunca llegan a pesar a sus perros y creen realmente tener un perro de un kilo), contribuyendo únicamente a afianzar éste concepto erróneo del chihuahua en cuanto a tamaño se refiere.
Alguien ajeno a la raza o que nunca antes haya tenido un chihuahua en casa desconoce que un chihuahua de dos kilos de peso es un perro extremadamente pequeño y muy manejable al que podremos coger en brazos fácilmente, llevar dentro de un pequeño transportín de viaje, y en resumen, al que podremos transportar con nosotros a todas partes sin que suponga un problema ni una carga.
Para que podamos hacernos una idea aproximada de lo que ésto supondría en “volumen”, observen el esquema abajo planteado tomando como referencia latas de refresco:
Si se fijan bien, un chihuahua de dos kilos de peso, podría medir como tres latas y media de largo, una y media de altura hasta la cruz, y una y media de anchura de pecho aproximadamente, sin contar cabeza y cola.
Ésta estimación sirve únicamente como referencia visual; ya que dependiendo de si el animal posee un tipo de estructura u otro (de si tiene más o menos sustancia), su peso podría ser inferior o superior a ésta apreciación, sin que variara el volumen o tamaño real del animal con respecto al dibujo.
Imagínense ahora lo que supondría reducir éstas mismas proporciones a la mitad o poco más aproximadamente (dos latas de refresco de largo, una de altura hasta la cruz o muy posiblemente por debajo de ésta, y una y media como mucho de ancho), y tendrán una ligera idea de lo que supone un perrito de un kilo:
Independientemente del tamaño, deben de saber lo que ésta reducción supone para el animal en sí.
Fácilmente, un perrito de un kilo o de kilo y poco, suele ser el producto de algún tipo de tara fuera de la normalidad dentro de su raza (razas miniatura como: pomeranias, caniches toy, chihuahuas, yorkshire terrier…), tales como puede ser la hidrocefalia, el enanismo, el raquitismo, y así un largo etc…
Si tuviéramos la suerte y la fortuna de encontrar un ejemplar de chihuahua de éste peso (que los hay) que no fuera el resultado de dichas taras, nos encontraríamos sin duda alguna con un animal de naturaleza más débil y enfermiza, mucho más frágil, normalmente con propensión a sufrir bajadas de azúcar con extremada facilidad mientras son cachorros (incluso algunos pueden persistir aun siendo adultos), con mayor riesgo de sufrir problemas de corazón, y a que cualquier tipo de afección en general (resfriados, gastroenteritis, parásitos internos, etc…) hagan mella en su salud fácilmente. Teniendo pues como consecuencia un perrito del que deberemos estar pendientes prácticamente toda la vida, proporcionándole una serie de cuidados que con uno de mayor tamaño, no tendríamos por qué tener además de los que la raza en sí requiera; ya que en general, los chihuahuas de dos kilos suelen ser perros con un sistema inmunitario más fuerte, aguantan mejor las posibles afecciones o achaques normales que pueden sufrir a lo largo de su vida, las operaciones, la anestesia, etc…
No queremos decir con ello que no existan ejemplares de un kilo o de poco más del kilo que no puedan llevar una vida medianamente larga y aceptable; sino que normalmente es mucho más fácil que la calidad de la misma se vea proporcionalmente reducida en tanto más pequeño sea nuestro chihuahua.
No nos engañemos, el chihuahua es una raza fuerte y hermosa, que goza de una salud admirable que nosotros debemos procurar preservar. Una raza que en su plenitud debe de buscar esa tipicidad característica en su cabeza amanzanada de stop marcado y morro corto, el buen movimiento del animal, las buenas bocas, un buen temperamento, estructura, y corrección en general dentro de la misma.
Buscando y demandando perritos de un kilo, únicamente promovemos a un deterioro de la raza, y a que nazcan cada vez más perros enfermos.
Por eso mismo es tarea de todos concienciarnos y concienciar a la par a todo el mundo ante éste problema, y procurar hacer lo que esté en nuestra mano (tanto criadores como particulares), para evitar que por culpa de una moda pasajera y de la demanda de unos cuantos desinformados, el chihuahua pase de ser la maravillosa raza que es hoy, a terminar siendo un perro raquítico con mal carácter, de salud cuestionable, y corta esperanza de vida.
Ésto tampoco quiere decir que la raza deba de experimentar un aumento desproporcionado en lo que a sus dimensiones se refiere, y que lleguemos a encontrarnos con hembras de cría de cinco kilos, ya que una de las características de ésta raza como todos sabemos es su reducido tamaño; sino que acogiéndonos al patrón racial establecido, procuremos marcarnos ese punto intermedio entre la desmesura y la enfermedad, procurando criar con perros de un peso aceptable y dentro del estándar, para así obtener chihuahuas típicos, pequeños, y sanos que disfrutar a nuestro lado durante muchos años.
“Artículo de Natividad Ballesteros (Los Reyes del Nueve), publicado en la revista de El Mundo del Perro para su especial de la raza en Diciembre de 2009”